miércoles, 19 de noviembre de 2008

FERTILIDAD Y STEADYCAM

La estética ciberpunk, fundada con Neuromante y rebozada con Matrix encuentra una nueva receta en una serie de películas de ciencia ficción que, en plena era digital, renuncian al cuero y al underground futurista e investigan nuevas formas de abordar la puesta en escena. Obras como Solaris –el criticado remake de Steven Soderberg- o Code 46 – de Michael Winterbotton- muestran una representación del futuro que no obedece a la ostentosidad formal sino a la lógica del relato, al punto de vista: ejercicios de estilo más cercanos a una imagen-tiempo y a la reflexión del sujeto.
Hijos de los hombres (Children of men, 2006) representa el último escalón de esta búsqueda de lo humano en la visión cinematográfica del futuro, una poética realista que se lleva a cabo mediante dos elementos fundamentales. El primero es de carácter narrativo y consiste en el uso del tema de la fertilidad: en un mundo en el que los humanos han perdido la capacidad de procrear, Theodor Faron (Cliff Owen), personaje supuestamente apolítico, emprende un viaje junto a una joven embarazada para salvar a la humanidad. Este planteamiento le sirve a Alfonso Cuarón para escrutar una distopía en la que la humanidad envejece. La fertilidad no solo resulta un problema biológico, sino político. Pero el relato no alecciona, ni mucho menos. No hay concreción del villano. De hecho, la información contextual es mínima, de modo que es imposible interpretar que papel moral juega cada uno de los grupos políticos –activistas, gobierno, proyecto humano, etc.
Más allá de todo ideal político, el viaje es para el protagonista un retorno, una búsqueda de la identidad personal. Faron necesita llevar a cabo ese viaje interior para encontrarse a si mismo, aferrarse a un ideal ajeno para volver a sentirse vivo, no por lo la felicidad que le procurasen sus ideales de juventud, sino por el anhelo de aquello cuya pérdida supone el peor de los males para cualquier hombre: su hijo muerto. La infertilidad funciona por lo tanto como imagen apocalíptica de un mundo en decadencia que ve morir a sus hijos ante la progresiva extinción de todo elemento humano.
El segundo elemento con el que la película intenta acercarse al realismo cinematográfico es de carácter formal, se trata del uso de la steadycam, que afecta directamente al estilo cinematográfico dándole ese tono de documental con el que, en ocasiones, la cámara parece hallarse accidentalmente en el lugar. La mayoría de las escenas de la película están rodadas en un solo plano secuencia, una fórmula que, aunque parezca vacía de contenido, responde a esa intención de hacer partícipe al espectador del tiempo cinematográfico, de involucrarle para que este quede hipnotizado ante el realismo que se le presenta, lo cual demuestra que renunciar a lo digital y a lo ostentoso no significa renunciar a la espectacularidad del plano.
Como cabía esperar, Slavoj Zizek ha metido cizaña en el asunto; así que la edición en DVD está provista de un breve documental en el que el filósofo comenta el film; al parecer la película trata de un “viaje sexual” – ¿no era también la torre de control del aeropuerto de Casablanca un pene en el inconsciente del espectador? -. Pero al margen de la opinión de un tipo que, a la óptica de Eugenio Trías, considera que los pájaros de Los pájaros (The birds, 1963) representan la superioridad materna de una naturaleza que se revela contra el deseo sexual de la protagonista, la inclusión de este apartado pone de manifiesto la intención de hacer visible el discurso de la película. A modo de breve manual de filosofía, Zizek disecciona la película en busca de ese nivel de significación que se mantiene oculto tras los elementos formales y que se despliega con un estilo arriesgado, democrático, y robusto.
Alfonso Cuarón ha logrado dar vida a lo que él llama su "anti-Blade Runner", otro ataque directo al género de la ciencia ficción, que acabará sucumbiendo bajo los escombros de sus propios productos y ante la cada vez más aguda presencia de un discurso donde el ciber-estilo es sustituido por el estilo del autor.

J.P.

2 comentarios:

Pablo Fantasma dijo...

joder, quines ganes de mirar pelis que me venen pintor. enhorabona, m'ha agradat més que es primer

Roger ... dijo...

Massa bona hijos de los hombres ...
Volem més pintó !!! XD

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